Mujer Enóloga in Chile: Daniela Lorenzo
There is a weight of responsibility when you have in your hands some of the oldest vineyards in the world. There, in the middle of the Maule Valley in Chile, Daniela Lorenzo, winemaker and co-owner of Viña González Bastias, understood that her task was much more important than making wines.
For more than 10 years, Daniela has worked together with her husband Luis Gomez Bastias, in rescuing the story of more than 5 generations of vine growers who maintain the tradition of making peasant, honest wines in the way it used to be made more than 400 years ago.
The país grape, or Listán Prieto, arrived in Chile from the Canary Islands in the 16th century and stayed there forever. What is unique about this area is that neither the massive industrialization of wine nor the changes in fashions have been able to uproot these vineyards, which with their original rootstock have witnessed earthquakes, fires and, now, pandemics.
"I believe that these wines are part of the heritage of humanity", Daniela tells us from the Maule where the harvest is already in process. My mission is to tell this story and show this unique place through a glass of wine, and preserve the essence of this region.
Unfortunately, there are not many old vines that remain, this is why the work of people like Daniela is increasingly important. "It is clear that the environment of the wine industry prevents this story, like other small producers, from being passed on." According to Daniela, there is a much higher valuation of the vineyards that have more capital and resources.
We are not going to rest though, this is our way of understanding life and we want to continue passing it on to the next generations, she says.
And they are succeeding. Although 2020 was a difficult year, they were able to increase the presence of their wines in other countries. Little by little, Daniela's vision is becoming a reality where their wines are beginning to be understood and more importantly to be drunk in the rest of the world.
ESPAÑOL
Hay un peso de responsabilidad cuando tienes en tus manos parte de las viñas más antiguas del mundo. Allí en medio del valle del Maule en Chile, Daniela Lorenzo, enóloga y co propietaria de la Vina Gonzalez Bastias, entendió que su tarea era mucho más importante que hacer vinos.
Desde hace más de 10 años que Daniela trabaja junto con su esposo Luis Gomez Bastias, en rescatar el relato de más de 5 generaciones de viñateros que mantienen la tradición de hacer vinos campesinos de la forma que se solía hacer, hace ya más 400 años.
La cepa país o listán prieto llegó a Chile desde Las Islas Canarias en el siglo XVI y se quedó allí para siempre. Lo particular de esta zona, es que ni la masiva industrialización del vino o los cambios en las modas han podido arrancar estas viñas que con sus raíces de pie franco han sido testigos de terremotos, maremotos, incendios y, ahora, pandemias.
"Creo que estos vinos son parte del patrimonio de la humanidad" nos cuenta Daniela desde el Maule donde la vendimia ya está en proceso. Mi misión es contar esta historia y mostrar este lugar único a través de una copa de vino, y así preservar la esencia de esta región.
Pero no son muchas las vides que quedan, es por eso que el trabajo de personas como Daniela son cada vez más importantes. "Es claro que el entorno de la industria del vino impide que esta historia, como de otros pequeños productores, sea traspasada". Según Daniela, hay una valoración mucho más grande de las viñas que poseen mayor capital y recursos.
"Nosotros no vamos a descansar, esta es nuestra forma de entender la vida y queremos seguir traspasando a las próximas generaciones." Y lo están logrando. Pese a que 2020 fue un año difícil, pudieron aumentar la presencia de sus vinos en otros países. Así, poco a poco, la visión de Daniela se convierte en realidad donde sus vinos comienzan a ser entendidos -pero más importante- bebidos en el resto del mundo.